Japón, ese país que inevitablemente le viene a uno a la cabeza cuando le preguntan ‘’¿Si te diesen un billete de avión a cualquier lugar, dónde irías?’’. Japón no decepciona, el imperio del sol naciente es una fuente de emociones y de experiencias que difícilmente podrá uno olvidar durante lo que le queda de vida una vez habiéndolo visitado. Simplemente maravilloso. En Japón hay infinidad de cosas por hacer y experiencias por vivir y compartir. Aquí sólo quedan resumidas diez que yo he querido destacar, pero puedo asegurar que son centenares, incluso miles, las cosas que uno puede hacer en este icónico archipiélago del Extremo Oriente.

BAÑARTE EN UN BAÑO PÚBLICO

En Japón el baño es todo un arte, es mucho más que un acto cotidiano de limpieza. Inevitablemente muchos de vosotros habréis oído hablar de los baños públicos japoneses. A lo largo de Japón existen decenas de miles de baños donde uno puede ir a bañarse y relajarse por un módico precio. Los más conocidos son los onsen y los sento. Existen ciertas diferencias entre ambos. Los onsen se caracterizan por ser baños de agua termal proveniente del suelo terrestre, por tanto, el agua no necesita ser calentada artificialmente. Los sento, por tanto, son unos baños característicos por tener agua calentada con calentadores, sin agua termal. Hay otras diferencias. Los onsen, se suelen situar más o menos en zonas rurales y más montañosas, mientras que los sento se encuentran generalmente en ciudades. Más adelante ampliaré más este tema, aportando algunos consejos útiles para acudir a estos baños. Así pues, bañarse en un baño público japonés es una experiencia única para vivir de primera mano Japón y socializar con su gente.

Cartel indicando el sento

Entradas de mujeres y hombres respectivamente

SUBIR AL MONTE FUJI

El Monte Fuji, o Fuji-san, es la montaña más sagrada de Japón y el punto más alto del país, superando los 3.700 metros de altura. Para los japoneses es más que una montaña o un simple volcán, para ellos es todo un símbolo. De hecho, cuando pensamos en Japón es muy difícil que no nos venga el Monte Fuji a la cabeza. Este icónico volcán no puede subirse todo el año. La época de escalada comienza en julio y dura hasta septiembre. No es un pico de mucha dificultad, pero por razones obvias hay que estar mínimamente en forma y preparado para afrontar horas de ascensión y posteriormente un descenso. Suele estar un poco lleno (hay algunos senderos más vacíos que otros) pero ya os aseguro que fue una de las experiencias más bonitas de mi vida por todo lo que significa para mí.

Una de las pocas banderas japonesas que verás en Japón, en la cima del Fuji-san

COMER MUCHAS BOLAS DE ARROZ

Si vais a Japón con un presupuesto no muy lujoso, os recomiendo engullir muchas bolas de arroz. Buenas, bonitas, baratas y nutritivas. La podéis encontrar en las omnipresentes tiendas de conveniencia (Lawson, Seven Eleven, Family Mart…) por diferentes precios y tipos. Las más comunes son las triangulares, que van de los 100 JPY a los 150 JPY. Mis favoritas son las de salmón, pero también veréis como predominan las de atún y mayonesa. Además, tenéis las de alga, bonito, gamba, ciruela y otros muchos sabores que no tendréis ni idea de lo que son pero que disfrutaréis!

Bolas de arroz de un Family Mart cerca del Golden Gai de Tokyo

SUBIR EN UN TREN BALA SIN ARRUINARTE

El tren bala (Shinkansen) es otro de los símbolos de Japón. Todos hemos oído hablar más de una vez de éste fantástico tren. El tren bala es uno de los trenes de alta velocidad que existen hoy en día en Japón (otro que podemos destacar es el Maglev) y se caracteriza por su llamativa forma de bala y sus colores azul y blanco. Para nosotros era una experiencia que debíamos probar sí o sí, pero contábamos con un problema. Subir al ‘’Shinkansen’’ no es nada barato. Para viajar, por ejemplo, de Tokio a Osaka, sale mucho más barato ir en trenes regionales más lentos y con más paradas o en autobús mismo. El ‘’Shinkansen’’ de Tokio a Osaka te puede costar unos 100 €. (13.000 – 14.000 JPY aproximadamente). Incluso el avión sale más barato. No obstante, estábamos decididos a probarlo, así que se nos ocurrió hacer un trayecto corto para que nos saliese más barato. Decidimos ir de Kioto a Osaka en tren bala. Nos costó aproximadamente unos 1420 JPY por persona (11-12€). Fue una experiencia inolvidable que recordaremos siempre. Es súper silencioso y rapidísimo, tardó solamente 14 minutos en llegar de Kioto a Osaka. Así pues, esta es una de las maneras que tenéis para probar uno de los medios de transporte más famosos del mundo de una manera relativamente barata. ¡Vale mucho la pena, sin duda!

Recién llegados a Osaka en esta maravilla

DORMIR EN UN HOTEL CÁPSULA

Los japoneses son peculiares. Una de las cosas que permite ver esta peculiaridad son los increíbles hoteles cápsula. Estos hoteles, mayormente frecuentados por hombres de negocios que por motivos de trabajo pasan unos días fuera de su casa, son hoteles caracterizados por la existencia de dormitorios llenos de cápsulas en las que se sitúan las camas. Es simplemente una experiencia difícil de olvidar. Nosotros optamos por ir al Capsule Hotel Asakusa Riverside, donde pudimos dormir por 17€ por persona y noche. Este hotel, además de contar con las fascinantes cápsulas (con TV en el interior y todo), cuenta con un baño común en la azotea con vistas increíbles (al menos en el baño de hombres). Me enamoré de ese baño. También tuve la suerte de encontrarme con pocas personas y de poder relajarme solo en una bañera a casi cuarenta grados de temperatura con vistas a la Tokyo Skytree y al río Sumida. En referencia a las cápsulas, se duerme mucho mejor de lo que uno puede pensar, ya que no experimenté sensación de claustrofobia en ningún momento (soy claustrofóbico) debido a que éstas eran bastante amplias. Otro de los puntos fuertes de este hotel, es que no encontramos a ningún extranjero, todos locales, hecho que comprobamos al ver las nociones de inglés del recepcionista, prácticamente inexistentes.

Cortinilla de madera encargada de darte suficiente privacidad como para poder dormir tranquilamente

El baño de agua caliente, justo arriba del Hotel Cápsula, con vistas impresionantes de Tokio

CAMINAR POR EL CRUCE DE SHIBUYA

El cruce de Shibuya, es el cruce de peatones más grande del mundo. Se encuentra, cómo no, en la ciudad más grande del mundo, Tokio. Es un cruce espectacular, donde centenares de personas cruzan al unísono cuando los semáforos se iluminan de color verde, dando lugar a una estampa caótica e impactante a la vez. Si queréis verlo desde una parte más elevada, os recomiendo lugares como la planta de arriba del Starbucks, que cuenta con el inconveniente de tener cola de gente esperando para tomar asiento con vistas al cruce, o bien la planta superior de la estación de Shibuya, donde se puede ver bastante bien toda la aglomeración de gente que se concentra en este peculiar lugar. Si no encontráis este último sitio que os digo, id a preguntar a la oficina de turismo que se encuentra justo delante de la estación, allí os indicarán cómo llegar.

Shibuya en estado puro

SOCIALIZAR CON LOS CIERVOS DE NARA

Una de las ciudades más famosas en Japón pero que quizás no es tan conocida mundialmente como Tokio, Osaka o Kioto, es Nara. Nara, situada a tres cuartos de hora de Osaka, es una ciudad muy tradicional, con templos bastante famosos como el Todai-ji, donde se sitúa el Gran Buda de Nara. No obstante, Nara cuenta con una característica un tanto curiosa. En el Parque de Nara, donde se sitúa el templo que acabamos de mencionar, está lleno de ciervos. La presencia de éstos tiene una explicación religiosa y espiritual, que dota de una cierta sacralidad a estos preciosos animales. Estos ciervos están acostumbrados al contacto con las personas, de modo que si os acercáis no corréis ningún tipo de peligro, excepto si lleváis algo de comer. Es imposible no ver ningún ciervo, ya que, como he dicho, el Parque de Nara está lleno de ciervos, convirtiéndose éstos también en un símbolo de la ciudad de Nara.

Ciervos, ciervos, ciervos… y más ciervos

VISITAR EL TEMPLO DE FUSHIMI INARI EN KIOTO

Este templo es, de lejos, uno de los lugares más increíbles que jamás he visitado. Es conocido por tener en su haber miles de ‘’torii’’ mayoritariamente adyacentes de modo que forman incluso túneles de ‘’torii’’ rojos y negros que te conducen hasta la cima de un pequeño monte llamado Inari. Es un lugar maravilloso donde puedes encontrarte una comunión entre cultura i naturaleza de dimensiones exageradas. Allí te encontrarás con miles de detalles inherentes al sintoísmo, como pequeños altares, muchas figuritas, pequeños templos… Nosotros fuimos por la tarde, y de veras, siendo un lugar susceptible de concentrar grandes masas de turistas, fue todo lo contrario. Conforme te vas alejando del templo más grande (situado en la parte inferior, más cercana a la ciudad), cada vez te encuentras menos gente y una mayor infinidad de detalles que te dejarán asombradísimo. La inmersión en la naturaleza que se experimenta en este lugar no la he visto en otro sitio. Os pido por favor que si tenéis la oportunidad de visitar Kioto, de ninguna manera os vayáis sin pisar este templo.

VISITAR LA ISLA DE ITSUKUSHIMA

Hiroshima no es solo conocida por ser la primera ciudad donde cayó una bomba atómica. Muy cerca de Hiroshima podemos encontrar una pequeña islita llamada Itsukushima. Igual el nombre no os suena, pero allí está uno de los monumentos más famosos de todo Japón, el ‘’torii’’ de Itsukushima, un ‘’torii’’ muy característico, ya que se sitúa en medio de la playa y según la marea esté alta o baja, se puede ver muy distinto. Cuando la marea baja, el ‘’torii’’ se puede hasta tocar, mientras que, unas horas después, cuando la marea sube, ‘’el torii’’ está rodeado de agua. Es una estampa muy bonita de ver. Además, en esta pequeña isla podemos encontrar un pequeño pueblecito y otros lugares de interés, como el santuario de Itsukushima, o un lugar muy poco conocido pero sin lugar a dudas, un lugar increíble que nadie debería perderse, el templo de Daisho-in. En este templo podréis encontrar desde 500 budas con sombreritos de lana hasta un pequeño laberinto subterráneo a oscuras o bien también una sala llena de fanales iluminados. Es precioso. Para llegar a la Isla de Itsukushima podéis ir en tren y tranvía hasta la parada del ferry que te lleva hasta Ia isla en unos 10 minutos.

Pequeño buda con un espontáneo toque holandés

DISFRUTAR DE LA MANERA DE SER DE LOS JAPONESES

Conocer Japón implica conocer una sociedad que no verás en ningún otro lugar del mundo. Antes de visitar Japón ya sabía que los japoneses eran personas respetuosas, educadas y estrictas en lo que se refiere a sus normas sociales. Aún sabiendo ya cómo eran, me sorprendieron. Son aún más respetuosos de lo que te puedas llegar a imaginar. Siempre que entras, por ejemplo, a una tienda de conveniencia, te dan la bienvenida y siempre que pasan por tu lado o pasas por su lado te la vuelven a dar, aunque pases treinta veces. Eso se repitió cada una de las mil y una veces que entramos en Lawsons, Family Marts o bien Seven Elevens. Entre otras características podemos también destacar el silencio (en el metro, por mucho que hayan cien personas, no se oye NADA) o el orden, ya que todo el mundo respeta su turno al esperar el tren o camina ordenadamente por la calle, los que van hacia un sentido por un lado de la acera, y los que van hacia el otro por el otro lado de la misma acera, nunca formándose caóticas aglomeraciones en medio de la calle. Tokio, por mucho que sea la ciudad más grande del mundo, nunca nos transmitió sensación de desorden o caos (excepto, obviamente, en el cruce de Shubiya, donde es difícil que no haya un cierto caos en el momento del cruce). Además, las calles están impolutas, muy pero que muy limpias. Tan limpias, que parece una contradicción que no se encuentren basuras (no las hay, hacedos a la idea). Este modo de vida basado en un gran mantenimiento de la higiene se puede comprobar también en las famosas mascarillas para el resfriado que veréis en una buena parte de las personas. De este modo, la sociedad japonesa es todo un espectáculo. Por muy occidentalizada que esté, sigue manteniendo diferentes aspectos de su estricta tradición de normas sociales, a diferencia de Corea del Sur, al menos a nuestro parecer, que es una sociedad donde el comportamiento y las formas están bastante occidentalizadas.