Hoy ha sido un día muy extraño. Me he levantado en Budapest a las 8 de la mañana y ahora estoy escribiendo en otro continente: Asia. Ha sido un viaje un tanto cansado y largo. He cogido el vuelo a las 12 en el aeropuerto de Budapest y he llegado a Astana, la capital de Kazajistán, a las 21:30 hora local. Mi jet lag ha sido de cuatro horas. Es decir, mi cuerpo sentía que eran las 18 cuando realmente eran las 22. Es por eso que hoy me voy a dormir tarde (ahora son las 2:53 hora kazaja).

El vuelo ha sido pesado, ya que al ser Wizz Air he estado casi 5 horas en un avión sin tele ni cualquier tipo de cosa que entretuviese. Es por eso que me las he buscado y ya llevaba el ordenador preparado con una película que me encanta: Cartas desde Iwo-Jima. Poco a poco íbamos avanzando hasta que hemos llegado al atardecer en Kazajistán, cuando el Sol se estaba poniendo. El paisaje que he observado ha estado un tanto flipante, ya que es todo estepa, es decir, no hay nada en centenares de quilómetros a la redonda.

Una vez en Kazajistán he rellenado un formulario que estaba casi todo en cirílico pero que yo creo que estaba para rellenar, porque para mí que les ha dado igual lo que he puesto. Ni se lo han mirado. Luego me han estampado el sello en el pasaporte y me han dado rienda suelta para que explore Kazajistán. Me ha llamado la atención que el aeropuerto se llamara Nazarvayev, es decir, como el actual presidente de Kazajistán. No es de extrañar que un país con cosas así esté en el 140 en referencia a nivel de democracia. Hasta he pasado por una universidad que también se llamaba Nazarbayev. Me huele que esto es una especie de gobierno autoritario con elogios continuados al ”querido presidente Nazarbayev” (que lleva en el cargo desde que Kazajistán es un país, allá por el 1991). He cambiado 50 euros a tenges kazajos y después me he ido a pillar el bus, intentando evitar a todos los taxistas que me ofrecían sus servicios. El bus (número 12) del aeropuerto a la zona de la torre Bayterek me ha costado 20 céntimos. Sísí, 20 ridículos céntimos por 20 minutos de viaje (en Charleroi me cobraron 6 euros por un trayecto de las mismas magnitudes).

Una vez en Bayterek, ya en el bloque de pisos donde se sitúa mi hostal, es donde he tenido una movida un poco graciosa para el que no la vive desde dentro. Os explico, cuando estaba al lado del bloque de pisos me he dispuesto a buscar carteles de hostal, y al primero que he visto, me he metido, porque tampoco he pensado que hubieran muchos hostales en un mismo bloque de pisos. Además, mi hostal se llama Hostel Nochleg, y le he preguntado a un hombre que había sentado en la entrada si el hostal en el que estaba a punto de entrar (sólo había una puerta con un papel que decía ”hostel” en cirílico) era el Nochleg. Me ha dicho que sí. El problema aquí ha sido que Nochleg significa hostal en si mismo en kazajo, de modo que he acabado en un hostal lleno de kazajos que para nada se parecía al mío. Me he cagado un poco en todo, hasta que he buscado en el traductor google la palabra Nochleg. Es ahí cuando me he dado cuenta de mi cagada. Lo mejor de todo es que ya había pagado y todo en el hostal kazajo que os acabo de decir, ya que tampoco me he repensado mucho las cosas, y me imaginaba pues que los hostales eran así. El problema era que yo no lo recordaba así en las fotos. Total, que le he dicho a la dueña del hostal que me había equivocado. Ningún problema, ella me ha devuelto el dinero y yo he ido a buscar el otro hostal (eran las 23). Finalmente lo he encontrado y todos felices, pudiendo ver el Croacia vs Inglaterra de las semis del mundial.

Os dejo algunas fotos de este día tan curioso. Mañana toca explorar esta ciudad tan joven: Astana tiene 20 años de existencia. Hablando con una chica kazaja en el autobús me ha comentado que justo hace unos días celebraban el cumpleaños de la capital kazaja.

Una ciudad rusa en medio de los interminables campos

Descalzarse es vital en un viaje de estas características…

El precioso atardecer en Astana con un Sol tan colorido como el de la misma bandera de Kazajistán

Sello de entrada a Kazajistán

Hoja del registro, os la sellan los de aduanas y tenéis que tenerla encima durante toda vuestra estancia en Kazajistán

Chocolate kazajo a 400 kzt la unidad, para comprar en el hostal (1 euro)