Hoy os hablaré de Skopje, la capital de Macedonia del Norte, una ciudad que casi nadie conoce (al menos en España) y que sorprende a todo el que la visita. En parte es entendible que no sea conocida, ya que nunca es protagonista de nada ni aparece en los tops de lugares que hay que visitar, pero creo que hay un punto en el que uno tiene que decir basta a los París, Roma y Praga, y optar por salir un poco de la zona de confort y meterse en lugares de los que nunca ha oído hablar. Skopje es uno de estos lugares y, afortunadamente, la he podido visitar por tercera vez ya que ha constituido la segunda parada de nuestra odisea balcánica, empezada en Sofía y acabada en Sarajevo.

Después de visitarla durante tres días os voy a enseñar algunas cosas que podéis hacer y ver en la capital de esta desconocida república balcánica, pero antes, explicaros que Skopje es una ciudad con un panorama demográfico muy variado, con zonas de mayoría étnica albanesa (mayoritariamente musulmana) y con partes donde la mayoría es de etnia macedonia, la cual se identifica con el cristianismo ortodoxo. Skopje es, por lo tanto, una ciudad étnicamente diversa, aunque segregada. Os dejo con los 13 lugares que podéis visitar en Skopje, Macedonia del Norte

1. LA PLAZA DE MACEDONIA

Es lo que viene a ser el centro neurálgico de la ciudad. No se le puede definir con otra palabra. Hacia ella están dirigidas todas las calles del centro. Es una plaza ni muy grande ni muy pequeña, con una fuente en medio, la cual tiene una estatua de Alejandro Magno a lomos de un caballo, de gigantes dimensiones. Al norte de la plaza está el río Vardar y cruzándolo encontramos el puente más famoso de la ciudad, el Kamen Most. Si se cruza el puente desde la plaza, se llega al barrio turco. De la plaza de Macedonia también os quiero destacar un cartel que encontramos arriba de uno de los edificios que la rodean, el cartel de Skopsko, la cerveza más famosa del país. Es un cartel icónico.

Detrás mío podéis ver el Kamen Most y el Museo de Arqueología de Macedonia.

2. EL BAZAR TURCO

Es mi lugar favorito de Skopje. Se encuentra en el barrio turco, de mayoría albanesa y musulmana, situado al norte del río Vardar. Para llegar ahí desde la plaza de Macedonia sólo hay que cruzar alguno de los puentes cercanos a ella y en cinco minutos te plantas en la que parece una ciudad distinta, sacada de la misma Turquía. Hay que decir que este tipo de barrio es muy común en los Balcanes ya que anteriormente fue un territorio ocupado por el Imperio Otomano, el cual dejó una gran influencia en la zona, tanto en el aspecto de religión (islámica) como en aspectos de arquitectura o gastronomía. En el barrio turco de Skopje encontramos una de las partes más auténticas de la ciudad, el bazar. En él podréis encontrar comida, utensilios religiosos, aparatos eléctricos, ropa, banderas y muchas cosas más. Para llegar a él tenéis que caminar en dirección norte desde la plaza de Macedonia y cruzar una parte del barrio turco hasta que comencéis a ver algunas tiendecitas del bazar.

Aina caminando por el bazar del barrio turco

3. LAS MEZQUITAS DEL BARRIO TURCO

Si os gusta la arquitectura islámica Skopje es un buen lugar para vosotros, ya que a lo largo del barrio turco se pueden ver muchas mezquitas, que aunque no sean muy grandes ni con muchos minaretes, tienen su particular encanto. La mezquita Mustafa Pasha o la mezquita Murat Pasha son algunas de las que se pueden ver a lo largo del barrio turco. En Skopje no entramos a ninguna mezquita pero no porque no nos dejaran, sino porque no llevábamos la vestimenta adecuada. A la mezquita Mustafa Pasha se puede entrar.

La Mezquita Murat Pasha por la noche

4. MERENDAR BAKLAVA Y TULUMBA 

Otra de las cosas buenas del barrio turco de Skopje es la gastronomía que se puede encontrar en él. Al ser un barrio con mucha influencia otomana en el pasado, la comida que podéis encontrar es muy similar a la de Turquía de hoy en día. Una de las comidas que más locos vuelve a los turcos son los dulces, así que esperad ver bastantes pastelerías con cosas que para nuestro paladar pueden incluso llegar a ser empalagosas de lo dulces que son. Algunos de estos dulces que probamos durante nuestra visita a Skopje fueron el baklava y el tulumba. El primero se basa en un hojaldre con nueces el cual es endulzado con sirope o con miel, mientras que el segundo son una especie de churros fritos cortos bañados en sirope dulce. Como podéis ver, el sirope es presente en ambos postres y por tanto la dulzura está más que asegurada. Ambos postres son populares en muchas culturas gastronómicas, como la egipcia, la armenia, la libanesa o bien la iraní, entre muchas otras.

Baklava de chocolate y tulumba

5. CENAR UN KEBAB Y UN AYRAN

¿Os pensábais que sólo os iba a hablar de la merienda? Pues estáis equivocados, ya que en el barrio turco también se puede cenar algo típico y además, barato. Seguramente habréis oído hablar muchas veces de los kebabs, una comida cuyo origen situamos en Turquía y que actualmente se está haciendo un nombre entre las comidas rápidas en Occidente. El kebab, como todas las comidas que se comen en un abanico geográfico tan grande como el de Oriente Medio, Balcanes o Asia Central, puede presentar distintas variaciones, como el tipo de carne, el tipo de pan o bien el tipo de salsa. En Kirguistán, por ejemplo, la concepción de kebab es distinta a la de Turquía. En Asia Central conceben el kebab como salchichas, mientras que en Turquía se concebe como lo conocemos aquí y como lo conceben en Skopje, es decir, como esa carne que sale de esos rollos tan grandes que parecen alfombras sin estirar.

En Skopje, concretamente en el barrio turco (cómo no), decidimos cenar un kebab tanto Aina como yo, que nos costó 99 dinares macedonios por cabeza, es decir, 1’60 euros al cambio de septiembre de 2018. Lo mejor era que los kebabs iban acompañados de otra bebida de influencia turca, el ayran. En España es una bebida muy poco conocida y realmente espero que acabe siendo igual de popular que el kebab en la actualidad. Consiste en una especie de yogur líquido salado. Sí, creo que estas tres palabras son ideales para definirlo. Es una bebida que se toma acompañando la comida y no a modo de postre.

¡Qué buena pinta!

6. VISITAR LA INFINIDAD DE MONUMENTOS QUE HAY EN SKOPJE

Skopje es una ciudad repleta de monumentos y edificios acabados de construir. Todo ello se debe a una época no muy lejana en la que el gobierno macedonio decidió convertir la ciudad en algo inédito mediante el proyecto Skopje 2014. La zona más repleta de monumentos y edificaciones por metro cuadrado son los aledaños de la Plaza de Macedonia. Allí encontraréis infinidad de monumentos hechos para recordar tanto a artistas, como a intelectuales o personajes importantes en la historia de Macedonia como lo es el mismo Alejandro Magno. Esta fiebre monumental es algo como he dicho muy reciente, ya que si cogemos el centro de Skopje hace 15 años y lo comparamos con lo que es hoy, tendríamos dos fotos completamente distintas. Las dos edificaciones que más me han llamado la atención de esa vorágine constructiva son sin duda la estatua de Alejandro Magno levantando el puño (la cual se ve desde la plaza de Macedonia) y el Museo Nacional de Arqueología de Macedonia, que pretende recordar a la arquitectura clásica con su fachada. Lamentablemente el dinero que ha sido usado en todas estas construcciones (que llegan a parecer construcciones sin sentido) podría haber sido usado en otros aspectos más importantes como sanidad y educación. Sin embargo, creo que sin el proyecto Skopje 2014, la ciudad no sería tan auténticamente rara como lo es hoy en día.

Puentes, edificios nuevos y monumentos encima de los puentes. Un día más en Skopje.

7. LA FORTALEZA DE KALE

Esta fortaleza la encontramos al lado izquierdo del barrio turco, en una pequeña colina. Esta fortaleza data del medievo y ha sido restaurada en algunas ocasiones. La entrada es gratuita. Antes de entrar, a la derecha, hay una especie de mirador desde el que se ve muy bien la parte oeste de Skopje. Para ver vistas del centro, es decir, de la Plaza de Macedonia, del río y de los puentes, hay que entrar en la fortaleza y acercarse a alguno de los muros, desde los cuales se tienen unas vistas muy chulas.

Vistas desde dentro de la fortaleza

8. SUBIRSE EN UN AUTOBÚS DE DOS PISOS COMO LOS QUE HABÍA ANTES EN LONDRES

¿Os podéis creer que los autobuses londinenses más auténticos que he visto los he visto en Skopje y no en Londres? Todos tenemos en la cabeza la concepción del autobús de dos pisos de color rojo de Londres, pero desgraciadamente (lo digo por experiencia propia), cuando uno viaja a la capital inglesa, se lleva una decepción, ya que todos los autobuses son nuevos y no como los de las pelis, antiguos y con un toque vintage. ¡Estáis de suerte! En Skopje hay una infinidad de autobuses rojos, de dos pisos y además con un toque antiguo. La primera vez que los vi me quedé un poco alucinado, ya que cuesta creer que algo que tanto te has creído que era único de Londres, esté en una pequeña república de los Balcanes. A efectos prácticos, los autobuses de dos pisos (también los hay de uno) son el medio de transporte más usado de Skopje, ya que no hay ningún sistema de metro ni de tranvía. El precio por subir es de 35 dinares macedonios, si no estoy equivocado. 

Autobuses y más autobuses

9. LA IGLESIA DE ST. KLIMENT OHRIDSKY

Esta es una de las iglesias más raras que he visto en mi vida. Se encuentra en la parte sur del río Vardar, en la zona más macedonia y menos albanesa del centro de la ciudad. El hecho de que sea una zona con más presencia de macedonios significa que en lugar de mezquitas hay iglesias. Esta iglesia llama mucho la atención por su cubierta redondeada, pero he de deciros que lo que más me llamó la atención fue el interior y sus paredes. Hay unos murales maravillosos y con un colorido espectacular. Os recomiendo al 100 % que la visitéis. La entrada es gratuita.

10. SUBIR A LA CRUZ DEL MILENIO

La Cruz del Milenio es una de las cosas más peculiares que verás en todos los Balcanes. Consiste básicamente en una cruz cristiana de 66 metros de altura que está situada en lo alto de un monte llamado Vodno, al sur de la ciudad. Dicha cruz fue erigida en el año 2002 para conmemorar los dos milenios del cristianismo y es sin duda uno de los iconos de la capital macedonia.

La buena noticia es que se puede subir hasta la cruz, y para ello deberéis coger dos medios de transporte: el bus y el teleférico (a no ser que queráis subir andando, que es un buen rato). Para ir desde el centro de Skopje tendréis que coger el autobús número 25 que comienza su recorrido en la estación principal de autobuses (justo debajo de la estación de tren) hasta el final del recorrido, donde está el teleférico. Este trayecto os llevará unos veinte minutos. Una vez allí, tendréis que caminar durante menos de 5 minutos para llegar a la estación inferior del teleférico. El precio del teleférico es de 100 dinares macedonios ida y vuelta (1’60 €) y funciona cada 30 minutos, durante la primera media hora de cada hora. Si son las 10:40 y queremos cogerlo deberemos esperar a las 11:00, ya que funciona de 11:00 a 11:30, de 12:00 a 12:30, etc. El funcionamiento va de 10.00 a 17:00 de octubre a marzo, mientras que de 10:00 a 20:00 durante la temporada alta (abril – septiembre). El teleférico no funciona ningún lunes ni el último martes de cada mes (por reparaciones). El teleférico te deja justo al lado de la cruz después de un trayecto de menos de cinco minutos. No se puede subir arriba de la cruz ya que no está planeada para ser ninguna especie de mirador sino que está ideada como un monumento. Una de las cosas que más molan de la Cruz del Milenio es que se puede ver iluminada cuando es de noche desde el centro de Skopje y parece literalmente una cruz flotando en medio del aire, cosa que impresiona mucho.

Creo que visitar la Cruz del Milenio es algo que debe hacerse sí o sí y que yo fui muy tonto de no hacer en mis dos anteriores visitas a Skopje, no sólo por la espectacularidad de la cruz sino por otra cosa que consigues cuando llegas arriba y que os voy a contar ahora.

Justo al lado de la cruz se está construyendo una torre de telecomunicaciones aún más alta

11. TENER LAS MEJORES VISTAS DE SKOPJE ENCIMA DEL VODNO

Así es, al subir a la Cruz del Milenio también se consiguen unas vistas espectaculares de toda la ciudad de Skopje (siempre y cuando vayáis en un día claro y no en un día nublado). Las vistas se ven una vez estás arriba del teleférico, pero hay algún que otro mirador desde el que las vistas son aún más espectaculares. Yo os voy a enseñar uno de ellos, que tenía incluso una casita con una mesa y bancos que la rodeaban para poder comer en familia. Una vez arriba del teleférico debéis mirar en dirección Skopje, entonces, deberéis ir por un camino que habrá a vuestra izquierda y que hace un poco de bajada. Deberéis seguir este camino hasta llegar a una bifurcación en la que éste sigue pero aparece otro camino más pequeño. Deberéis coger este camino, que estará a vuestra derecha, en dirección a las vistas. Después de andar unos dos minutos más, llegaréis al mirador.

Las espectaculares vistas de Skopje delante nuestro

12. VISITAR UN RELOJ PARADO DESDE 1963

El año 1963 es de muy mal recuerdo para los ciudadanos de Skopje, ya que este fue el año del gran terremoto de Skopje, un terremoto que mató a mucha gente y que dejó la ciudad en muy malas condiciones. Uno de los lugares que recuerdan ese fatídico 26 de julio de 1963 es el Museo de la Ciudad de Skopje, situado en la que anteriormente al terremoto fue la estación de tren de la ciudad. Dicha estación tiene una parte que se puede ver derruida por los efectos del terremoto y en su fachada se encuentra un reloj que está parado desde el mismísimo momento en que la ciudad empezó a temblar. Simplemente apasionante.

museo de historia de la ciudad de Skopje

El reloj en la fachada del museo

13. IR AL CAÑÓN DE MATKA Y A LA CUEVA DE VRELO

Para el final del post me he guardado una de las mejores cosas que podéis hacer en Skopje, visitar el cañón de Matka. El cañón de Matka es un lugar lleno de naturaleza en el que destaca un río que está rodeado de montañas. Es lo que vendría a ser un cañón. Lo bonito de eso es que este río, llamado Treska, se puede recorrer en barca hasta llegar a una cueva bastante grande llamada Vrelo.

Para llegar al cañón de Matka podéis ir en transporte público o en un coche alquilado. Para llegar en coche es fácil, ya que sólo hay que remitirse a poner el gps. Nosotros fuimos en transporte público, ya que, ninguno de los dos tiene carné de conducir y realmente alquilar un coche no creo que se nos pasase por la cabeza ya que siempre usamos el transporte público. Para llegar en transporte público hay que coger el autobús número 60, el cual sale desde la estación de autobuses de Skopje. Además, el bus hace algunas paradas por los aledaños del centro de la ciudad pero solamente sé deciros que para cerca de la Iglesia de St. Kliment Ohridsky. El precio del autobús es de 35 dinares macedonios (poco menos de 60 céntimos de euro) mientras que el horario suele ser durante todo el día hasta las 21 aproximadamente con una frecuencia de hora y media, así que no es un autobús con una frecuencia muy alta. Lo bueno del autobús es que te deja justo al lado del río Treska y para llegar al cañón sólo deberéis caminar durante 10 minutos. Es la última parada del autobús. Una vez en la parada del bus tenéis que caminar siguiendo la dirección que seguía el autobús, en el lado derecho del río Treska. Seguid caminando hasta que llegaréis a una gran presa. Después de pasar la presa ya estaréis en el principio del cañón de Matka. Poco después de pasar la presa veréis una parada con barcas para ir por el cañón. Si queréis ir hacia la cueva de Vrelo tenéis que seguir caminando hasta llegar al Monasterio de Santa Andrea, ya que las barcas que parten hacia la cueva lo hacen desde allí. Una vez estéis allí veréis el monasterio y algún que otro restaurante o tienda de recuerdos. Allí hay dos puestos distintos, uno que alquila kayaks para ir por el cañón y otro en el que se hacen los paseos en barca hacia la cueva. El que está más cerca del monasterio es al que debéis ir para coger la barca. El precio de la barca por persona es un poco caro (400 dinares macedonios, unos 6’50 €), pero vale la pena, ya que el paseo dura una hora. Son barcas grandes y llevan a 10 personas aproximadamente. Dichas barcas llegan hasta la cueva y una vez allí tú entras durante 10 minutos a la cueva y cuando sales vuelves a coger la misma barca que te volverá a dejar al lado del monasterio.

Es una experiencia chula aunque en verano es un sitio que se suele llenar de gente, especialmente al mediodía. Nosotros fuimos durante la mañana y estaba bien de gente, pero más tarde comenzó a llenarse. Es un sitio tranquilo y muy refrescante que sin duda recomiendo que visitéis, más por el cañón que por la cueva, que también tiene su encanto aunque no sea de las más espectaculares que haya visto.

Cañón de Matka