Hoy 14 de julio, después de pasar una noche dura en un hostal horrendo en Almaty, la ciudad más grande de Kazajistán, tocaba coger la marshrutka de Almaty a Bishkek, para ir acercándonos a nuestro destino final: Osh. Así que me he pirado temprano del hostal para llegar temprano a Bishkek y poder apalancarme un poco en el hostal. He ido en metro hacia la estación de autobuses de Sayran, desde donde salen los minibuses para Bishkek y allí he comprado el billete (1800 tenge – 5 euros). Desde la estación de metro Moskva hay unos 15 minutos andando hasta la estación de bus de Sayran. Una vez comprado el billete me he metido en el minibús y, después de que se llenase ha salido (no hay horarios, solamente salen cuando están llenos, pero suelen salir normalmente desde las 7 de la mañana hasta las 19 – 20).

Después de un tranquilo viaje por la estepa y con vistas de incluso algunas preciosas montañas en un minibús lleno de mochileros como yo (por fin encontraba alguien no kazajo o ruso, con el que poder hablar sin problemas de comunicación), nos hemos plantado en la frontera de Kordai y hemos cruzado en 20 minutos, muy rápidamente, sin que los policías aduaneros nos pusieran pegas. Hay una cosa que hay que tener en cuenta. Cuando se cruza la frontera se sale del minibús y se vuelve a coger el mismo unos cien metros más adelante del control kirguiso, una vez habiéndolo pasado. En caso de que prefiráis coger otro transporte, la zona está llena de taxis y buses que te llevan a Bishkek. Hay también locales de cambio de moneda, pero yo recomiendo hacer el cambio en la estación de autobús del Oeste de Bishkek, que es donde te deja la marshrutka (el minibús) y donde las tasas de cambio son más razonables.

Después de todo el viaje me he plantado en el hostal, el Friends Guesthouse and Hostel, y me he dado la ducha que tanto me merecía. He ido a comprar algo en un súper y he estado toooooda la tarde de chill-out. Mañana exploraremos Bishkek, a ver qué nos enseña. De momento me he encontrado con un país más pobre que Kazajistán, con un mayor ambiente de vida callejera y con un cierto caotismo que me recuerda a Marruecos, sobre todo cuando he pasado por al lado del Osh Bazaar, cuando iba hacia el hostel desde la estación de autobús, que está a unos 10 minutos andando.

En referencia a Almaty volveré a la vuelta, ya que no he podido ver nada, pero no al mismo hostal, eso lo aseguro. Os dejo algunas fotos del día de hoy.

Metro de Almaty

Estepa… y un mensaje escrito en piedras

Antes de cruzar el puesto fronterizo kazajo

¡¡En tierra de nadie!! Mi cara de cansado lo dice todo…

Ya en Kirguistán, de camino a Bishkek

Puesto de kvass en la entrada a Bishkek, una bebida fermentada que casi no lleva alcohol y que está hecha a partir del pan. Parece que al vendedor le gusta España.