El año 2019 me brindó la oportunidad de poner pie en una ciudad muy poco conocida en el espectro turístico (afortunadamente), una ciudad que llevaba tiempo queriendo visitar. Hablamos de Vilnius, o Vilna, en español. Quizás la conozcáis, o bien no os suene de nada. Lo cierto es que es una de esas capitales que, a unos cuantos, les suena de haberla estudiado durante la vorágine memorizadora que significan los exámenes de geografía política, o bien de haberla poseído en el Monopoly – Edición UE: Vilnius, Chisinau, Valletta, Minsk… Capitales que sabemos que están en Europa pero que andan por ahí tiradas, en algún lugar del viejo continente.

Vilnius es la capital de Lituania, un país que quizás os suene del Eurobasket y de pocas cosas más. Los lituanos no son realmente una etnia muy presente en el día a día de los españoles, así como sí lo son otras, como los rumanos, lejanos pero cercanos, dada la diáspora que puebla nuestras ciudades. Los lituanos se encuentran lejanos en todos los sentidos. 

Hoy toca hablar de la ciudad más importante de Lituania, un país ciertamente singular, con pocos semejantes en el continente. Como siempre, antes de comenzar, os explicaré algunas cositas sobre el más sureño de los Bálticos. 

La lengua oficial de Lituania es el lituano, una de las dos lenguas bálticas de Europa, junto al letón, su vecino norteño. El otro idioma de los tres bálticos es el estonio (lengua urálica), hablado en Estonia, el más peculiar de los tres países, con una cultura que se inclina más hacia Finlandia. Podéis chequear aquí el post que escribí sobre su preciosa capital, Tallinn.

El deporte más practicado en Lituania es el baloncesto. Los lituanos suelen ser muy buenos en ello. Siendo común que lleguen a finales del Eurobasket o de los mismísimos Juegos Olímpicos. 

Pista de baloncesto en Vilnius

– Otras grandes ciudades de Lituania son Kaunas, Klaipeda, Panevezys o Siauliai, hogar del singular Monte de las Cruces

– Lituania, al igual que sus compañeros bálticos, fue parte de la Unión Soviética, de la cual intenta renegar hoy en día, adheriéndose a organizaciones como la UE o la OTAN.

– Lituania tiene una población de casi tres millones de habitantes. Catalunya tiene más del doble de su población. Los Bálticos son unos países relativamente poco poblados. 

Después de explicaros algunas cositas, llegamos a la chicha. Aquí os explicaré qué es lo que podéis encontraros visitando Vilnius, más allá de una perspectiva turística, haciendo énfasis en algunas cosas que me explicaron en algún free tour o que descubrí por mí mismo. El objetivo de este post es que os hagáis una idea de a partir de qué se conforma la identidad de la ciudad: herencia judaica y soviética, emergencia del carácter nacional lituano, etc. 

¿QUÉ TE VAS A ENCONTRAR EN VILNIUS?

LO QUE NUNCA FALTA: EL CASCO ANTIGUO

Viajar por Europa significa deambular por miles de cascos antiguos con miles de diferentes historias. No se por qué, pero a Vilnius no la imaginaba presidida por uno de ellos. Me equivocaba. El casco antiguo de Vilnius no tiene nada que envidiar a muchos otros. De hecho, fue declarado Patrimonio de la UNESCO

Vilnius era anteriormente la capital de uno de los conglomerados políticos más importantes de Europa: el Gran Ducado de Lituania, que comprendía a países como Polonia, Bielorrusia e incluso Ucrania. Para entender el sentimiento nacionalista lituano de hoy en día hay que mirar atrás, hacia el siglo XIV. El Gran Ducado llegó a comformar la Mancomunidad polaco-lituana, uno de los imperios más destacados entre los siglos XVI y XVII. 

Plaza del Ayuntamiento de Vilnius

Plaza del Ayuntamiento de Vilnius, en el centro histórico de la ciudad

VESTIGIOS DE LO QUE UN DÍA FUE LA JERUSALÉN DE LITUANIA

Vilnius, hasta la aparición del nazismo, fue uno de los núcleos más densamente poblados por judíos de toda Europa. La limpieza étnica que fue realizada por los nazis a través de toda Europa fue especialmente ardua en Lituania, donde habitaban muchos judíos. De los 100.000 judíos que había antes de la SGM, hoy en día quedan unos 5.000. Es increíble la eficacia que tuvo el exterminio nazi cuando hablamos numéricamente. En Vilnius mismo se edificó un guetto, en el que murieron muchos de ellos. 

Los judíos de Europa Central y del Este, los llamados ashkenazi, me han resultado siempre curiosos, ya que hablaban su propia lengua, el yiddish. Hoy en día quedan muy pocos y, lamentablemente, suelen estar bastante estigmatizados dada su poca presencia en el día a día. Históricamente, los judíos siempre han sido la cabeza de turco en muchas sociedades europeas. 

Calle escrita en hebreo, Vilnius

Calle escrita en hebreo a modo de memoria, en el centro histórico de la ciudad

RECUERDOS DEL PASADO SOVIÉTICO

Llegamos a otro clásico. Los hermosos edificios de hormigón armado que pueblan los suburbios de las ciudades ex-soviéticas. Chic@s, la URSS era un imperio. De ahí que casi una decena de los países que he visitado, en diferentes latitudes, tengan las mismas características arquitectónicas y urbanísticas. Rectitud, colores grisáceos, luces de color ámbar-nostálgico, farolas bien tochas… Vilnius no es una excepción. Las placas de las alcantarillas son testigo de ello, así como muchos edificios de la ciudad, y algún que otro trolebús.

En este blog no he hecho otra cosa que hablar de pasados socialistas. Kazajistán, Kirguistán, Armenia, Bielorrusia, Ucrania, Estonia, Serbia, Albania… Y me encanta. 

A partir de la herencia de sus diferentes pasados, Vilnius crea su propia identidad, o al menos, lo que el foráneo percibe de ella. Dudo que los locales quieran incluir el pasado soviético en sus trechos identitarios (al menos los jóvenes). 

Edificio ex-soviético en Vilnius

Edificio que data del pasado soviético, por su rectitud y austerismo

Edificio de la época soviética en Lituania
Trolebús en la ciudad de Vilnius

Precioso trolebús en Vilnius

Tapa de alcantarilla soviética en Vilnius

Testigo del pasado soviético. El cirílico ”Lit. S S R” (República Socialista Soviética de Lituania) y el ”1987” dan fe de ello.

¡UNA REPÚBLICA INDEPENDIENTE!

Así es. En pleno Vilnius encontramos la República de Užupis, una especie de barrio de carácter alternativo, que se proclama independiente alrededor de todo lo que es Lituania. Por su puesto, su independencia no tiene validez alguna. Pero mola mogollón. Te puedes sellar el pasaporte y todo, cosa que hice encantado. La república recuerda a la mismísima Christiania, en Copenhague, que tuve el placer de visitar en 2014, hedor a marihuana mediante. 

En sus aledaños encontramos una calle con diferentes carteles que muestran su constitución, en diferentes idiomas. Puedes realizar una donación (creo que de 2000 €), para que la constitución aparezca en tu idioma. Está en español, ruso, chino, y muchos idiomas más. La bandera del último idioma aparece ondeada junto a la de la República. En mi caso era la de Azerbaiyán. 

Letrero de la república de Uzupis, Vilnius

Cartel de entrada a la república. Llama la atención el hebreo, indicando la gran influencia del pasado judío.

Sello del pasaporte de la república de Uzupis

Sellos para el pasaporte

Bandera azerí en Uzupis

Bandera de Azerbaiyán, siendo el azerí el último idioma puesto en la constitución

Arte urbano en Uzupis

Arte callejero de los muchos que te puedes encontrar por Uzupis

UNA PISCINA ABANDONADA

Junto al río Neris encontramos un mastodóntico edificio abandonado de la época soviética: el Palacio de Conciertos y Deportes de Vilnius, erigido en 1971. Actualmente se encuentra en desuso, desde 2004. La polémica del lugar es que está edificado sobre el Cementerio Judío de Vilnius, un lugar profanado por las autoridades soviéticas ya hace muchos años. Recordamos la tendencia soviética a erradicar el culto religioso. 

Al lado del edificio encontramos una piscina abandonada, con un trampolín que yace inamovible, a merced de los grafiteros y los adolescentes que buscan un rincón en el que perder su virginidad porril. El lugar está vallado, así que básicamente tuve que optar por el allanamiento de morada. 

Complejo deportivo abandonado en Vilnius

El Palacio de Conciertos y Deportes de Vilnius

Piscina abandonada en Vilnius

La piscina abandonada

Piscina abandonada en Vilnius
Letrero indicando la existencia del Cementerio Judío de Vilnius

Placa pidiendo respeto al lugar de sepultura de muchos judíos, junto al complejo deportivo

¿UN HUEVO?

Ahí viene una bien curiosa. Os presento al Huevo Margutis (huevo de pascua en lituano). En el año 2001, en el barrio ”independiente” de Uzupis, se erigió este espectacular huevo, que pretendía ser la base para otra escultura (por la que se estaban recaudando fondos): el Ángel de Uzupis. Al final, dado el cariño que se le cogió, el huevo fue subhastado y hoy en día se encuentra la calle Pylimo, mientras que el Ángel permanece en el barrio de Uzupis. 

Huevo en Vilnius

UNA GASTRONOMÍA MÁS QUE PECULIAR

La gastronomía lituana se basa en productos procedentes de la agricultura, como las patatas o bien la remolacha. Es una gastronomía nórdica, así que vemos ese toque potente, a veces difícil de sobrellevar por paladares mediterráneos, acostumbrados a la rica y deliciosa variedad de productos que tenemos. 

Si queréis ver de primera mano qué tipo de productos y técnicas de conservación utilizan los lituanos en su gastronomía diaria, pasaos por el Hales Turgus, el mercado más destacado de Vilnius, que no tiene nada de turístico. 

ADEMÁS… El plato por antonomasia de Lituania es el llamado Cepelinai, una especie de patata rellena de carne en forma de zeppelin (de ahí su denominación), acompañada por nata agria. 

Mercado en Vilnius, Lituania

Hales Turgus, uno de los mercados de Vilnius

Cepelinai en un restaurante de Vilnius

Plato de cepelinai, bastante bueno, aunque muy copioso

SÍMBOLOS NACIONALES Y PRO-OCCIDENTALES

A partir de la caída de la URSS, tuvo lugar un despertar identitario en muchos de los países que la conformaban, generalmente apelando a identidades centenarias, de mucho antes del comienzo del período soviético (1940-1990). En el centro de Vilnius, encontramos este cartel (segunda imagen), con una foto de lo que presumo son diferentes escritores, poetas o líderes políticos lituanos de antes de la SGM. Exhibir la bandera en Lituania es algo común, por lo que he visto. 

Lituania es, actualmente, una nación que reniega de su pasado soviético, prácticamente como Letonia y Estonia. Una de las formas de renegar de ello y huir de la esfera de influencia rusa es adheriéndose a organizaciones pro-occidentales, como la mismísima OTAN, además de la Unión Europea, organismos de los que comenzó a formar parte en 2004. En la fachada del Ayuntamiento de Vilnius, encontramos esta placa, remarcando las palabras de Bush, abrazando a Lituania ante un posible conflicto. 

Placa conmemorativa de la Adhesión de Lituania a la OTAN
Cartel apelando al nacionalismo lituano en el centro de Vilnius

Lietuvos Aidas, un periódico lituano creado en 1917.

Bandera lituana en Vilnius

La bandera lituana, junto una bandera con el escudo del Gran Ducado de Lituania

PRECIOS IRRISORIOS EN EUROS

Desde 2015, en Lituania ya no se usan las litas, la antigua moneda del país. Su proceso progresivo de europeización ha conllevado la adopción del euro. Sin embargo, aunque normalmente sea difícil encontrar gangas en países que tienen el euro, Lituania es un caso aparte. Obviamente no es un Kosovo, el lugar con los precios en euro más baratos, pero también es de flipar. Fijaos en esta foto que hice en un Lidl, donde la mayoría de los precios comienzan por 0. 

Lidl en Vilnius

Que sí, que son yogures, pero os aseguro que la mitad del súper era así.

HERENCIA PAGANA

Lituania fue el último país de Europa en adoptar el cristianismo como religión oficial, en 1387. En este blog ya tratamos al primer país del mundo en adoptarlo: Armenia. Esta pequeña estatua, situada en el centro histórico de la ciudad, representa a Medeina, la diosa pagana de los bosques, los animales y los árboles. Antes del período cristiano, en Lituania se profesaban cultos generalmente relacionados con la comunión con la naturaleza, tachados de paganos. 

Estatua de Medeina en Vilnius

¿UNA VILLA MEXICANA EN EL CENTRO HISTÓRICO?

Aunque pueda parecer surrealista, este pequeño rincón, escondido entre las callejuelas del centro histórico de la ciudad, fue el lugar de rodaje de una película que pretendía representar una villa de México. Fijaos en la Virgen, en plan católico, y los arcos que hay. Uno se encuentra cada cosa… 

Sitio en el que se rodó una película en Vilnius

Podríamos definir a Vilnius de muchas formas: una ciudad marcada por la huella del judaísmo, un lugar alienado por la URSS durante décadas, una ciudad con el espíritu artístico de Uzupis, o bien como una tranquila y amigable capital internacional. Vilnius es una de esas muchas ciudades que no suelen conocerse, pero que cuando se pone un poco de empeño en entender, uno se acaba preguntando por qué el mundo la ignora. 

Vilnius no fue una capital más para mí, sino una ciudad que me sumó mucho. No olvidaré la pureza e inocencia que se respiraba en ella. Volveré. Y tanto que volveré. Lituania sigue siendo un lugar misterioso y apasionante a mis ojos, que ansío por descubrir con un coche. 

Muchas gracias, otra vez más, por leerme. Actualmente estamos jodidos en el tema de viajar, porque muchos países nos cierran las puertas, pero este mismo domingo nos vamos a Lisboa en furgoneta, desde Barcelona. Todo es querer. Os espera algún que otro artículo de este pedazo de viaje. ¡Hasta el próximo artículo! 😉