Viajar en coche por Marruecos es una de las experiencias más chulas que he tenido viajando, ya que, poder viajar a tu antojo por un país tan diverso, es una maravilla. Desde el desierto del Sáhara hasta las abruptas costas del Rif, Marruecos ofrece todos los paisajes imaginables. En este post os voy a enseñar las 10 lecciones que he sacado de mi último viaje en coche por Marruecos y que creo os pueden ser de mucha utilidad para futuros viajes.
Este artículo lo redacto a partir de mi experiencia alquilando un coche. Seguramente la forma de viajar es más cómoda si lleváis vuestro coche desde España, ya que estáis acostumbrados a éste y no disponéis de prisas ni presiones para con la empresa que os la alquila. De todas formas, alquilar un coche fue una muy buena experiencia, que repetiré en próximos viajes.
ALQUILA EL COCHE EN EMPRESAS DE CONFIANZA
Viajar a Marruecos en coche ha sido la primera vez que he alquilado un vehículo viajando, y eso que llevo ya años ejerciendo de culo inquieto. La verdad es que tenía muchas ganas de hacerlo, pero como es de costumbre, siempre surge alguna inseguridad o respeto hacia el alquilar un coche en un país como Marruecos. Para evitaros disgustos o dolores de cabeza innecesarios lo mejor es que alquiléis el coche en una de las grandes empresas que ofrecen este servicio, como Sixt, Europcar o bien Hertz. Nosotros optamos por Sixt ya que ofrecía una gran calidad-precio y además podíamos recoger el coche en el mismo Aeropuerto de Nador. Las empresas de alquiler de coche locales de bien seguro ofrecen precios más competitivos, pero la fiabilidad tanto del coche como de las coberturas que ofrecen es más dudosa.
Alquilamos un Citroën Elysée por 180 € (6 días). El coche iba perfectamente. Simplemente al llegar a Nador fuimos a la pequeña oficina de Sixt, hablamos con Mohammed y este nos dio las llaves.
Nuestro Citroën Elysée en el desértico este marroquí
NO ESTÁ MAL SABER ALGO DE FRANCÉS
El francés es la segunda lengua de Marruecos, antes que el inglés y el español, el cual se habla mayoritariamente en el norte del país. Las señalizaciones están mayoritariamente en árabe y en la lengua francesa, pero realmente no creo que eso signifique un problema. Si sois ajenos a la francofonía la verdad es que os va a costar comunicaros con los locales, a no ser que alguno hable español. Es hora de sacar a relucir esas clases de francés de las que tanto presumís los que nacisteis antes de los noventa.
Señalización en árabe y francés en el puerto de Ras el Ma
LAS DISTANCIAS SON MÁS LARGAS QUE DE COSTUMBRE
Marruecos no es precisamente el paraíso de las autopistas. En total hay 8 autopistas (límite 120 km/h) que conectan los núcleos principales de población, todas ellas en el noroeste y solamente una en el este del país, conectando ciudades como Casablanca, Marrakech, Rabat, Fès, Oujda o bien Agadir. Más allá de estas autopistas el resto son carreteras convencionales de diferentes niveles de importancia. Debemos entender que más allá de la planicie del noroeste, Marruecos es un país muy montañoso, con sistemas como el Atlas o el Rif, lo que implica carreteras más curvadas y distancias más largas a la hora de conducir, por lo que añadid una hora o dos más de margen cuando planifiquéis un trayecto.
LAS GASOLINERAS: A LA VIEJA ESCUELA
Una de las cosas que más me llamó la atención fue cómo funciona el servicio de gasolineras en Marruecos. Poner gasolina es tan simple como decirle al trabajador que hay la cantidad que queréis y darle el dinero allí mismo, en mano. Se te acercan ellos normalmente. El precio es el mismo que en España, rondando 1 € y poco el litro.
Gasolinera Shell en Figuig
IDENTIFICA LOS TRAMOS LARGOS SIN GASOLINERAS
Conducir por el desierto es una pasada, puesto que la sensación de libertad que se deriva de ello es difícil de encontrar en otros sitios. No obstante, en medio del desierto no hay gasolineras, por lo que tenéis que asumir que os encontraréis tramos en vuestra odisea en los que habrá centenares de km sin posibilidad de repostar. Cuando hicimos el trayecto Bouarfa – Boudnib estuvimos unos 150 km sin gasolineras. Aseguraos bien antes de planificar la ruta y prevedlo puesto que quedarse tirado en el desierto no es moco de pavo.
CUIDADO CON LA GENDARMERIE
Viajar a Marruecos te da la oportunidad de ver como funciona un estado donde la policía es más protagonista de lo que debería, básicamente lo que era España hace una treintena de años, y lo que son hoy en día una gran parte de los países del mundo. Circulando por Marruecos te encontrarás con un sinfín de controles policiales, generalmente a la entrada y salida de las ciudades. Existen dos tipos: los señalados con ralentir y los que tienen señales de halte. En los primeros debéis disminuir la velocidad y mirar a la policía hasta que os dejen pasar y en los segundos os tenéis que parar. Generalmente os pedirán la documentación del vehículo, reflejada en la Carte Grise, junto con el pasaporte. Si insistía antes con el francés era también porque es la mejor forma de comunicarse con las autoridades.
Es común que los conductores se indiquen entre ellos la existencia de controles haciendo luces cuando acaban de toparse con uno, para que los que van en esa dirección no se lo coman de imprevisto y no vayan a una velocidad inapropiada.
La Carte Grise: la documentación de un vehículo marroquí
NO ES DIFÍCIL QUE TE MULTEN
Seamos sinceros, es difícil que os vayáis de Marruecos sin comeros alguna multa de los sucios controles de velocidad que hace la gendarmerie escondida en curvas. Nosotros fuimos bastante cautelosos durante todo el viaje, pero tuvimos la mala suerte de encontrarnos con uno y sobrepasar el límite de velocidad en 10 km/h. El gendarme se nos acercó, nos dijo ”vous avez dépassé la vitesse maximale autorisée” y se apuntó en la mano, con un bolígrafo, la cuantía en dirhams que debíamos abonar allí mismo, unos 100 DH (10 euros). Sucio pero rápido por su parte.
LAS GRANDES CIUDADES REQUIEREN PACIENCIA
Marruecos es un país de urbes congestionadas en las que encontrarás un tráfico bastante más ajetreado en relación a España. Cuando os metáis en ciudades como Fès, Casablanca o bien Tánger, id armados de mucha paciencia y con reflejos de más, ya que os harán falta. Para entrar a Fès tuvimos casi una hora de tráfico denso de la cantidad de semáforos y coches que habían, al ser un día laborable a las 21 h.
LOS ANIMALES SON ACTORES COMUNES EN LA CARRETERA
Que os topéis con un burro tirando de un carro es algo común en una carretera convencional marroquí, así como la aparición súbdita de cualquier otro tipo de bovino u ovino. Tal es la variedad de animales que suele irrumpir en las carreteras que existen diferentes señales de peligro adaptadas a las situaciones. Pudimos ver señales con camellos, vacas, cabras y hasta ovejas.
Cabras cruzando la carretera, un anciano tan pancho por el arcén, un bebé a brazos…
APARCAR EN MARRUECOS ES FÁCIL
Antes del viaje me inquietaba sobre todo el tema del aparcamiento en ciudades caóticas y el no saber como iba todo el tinglado. Aparcar en Fès fue más sencillo de lo que hubiera pensado. En los aledaños de la mastodóntica medina hay algunos párquings en los que podéis dejar el coche, por la módica cantidad de 20 DH la noche (2 euros). Los párquings están vallados y vigilados por unas cuantas personas que a la vez se tocan las narices y se ponen a hacer la charla.
Tened en cuenta también que en Marruecos, aunque no veáis parquímetros ni nada de eso, es probable que haya una persona cobrando con un chaleco amarillo. Nosotros nos fuimos una vez sin pagarle ya que, en España, alguien que te cobre por aparcar que no sea un parquímetro, está muy mal visto y se entiende como un fraude.
Estos han sido los diez consejitos derivados de mi experiencia en un viaje por carretera a través de Marruecos. Hay algunos que me gustaría haber sabido antes, como el de los controles policiales, ya que es muy fácil patinar en alguno de ellos.
Seguiremos con diferentes posts sobre Marruecos. Si quieres, échale un vistazo a nuestras experiencias en Saïdia y Figuig 😉