Como ya sabéis, desde hace unas semanas estamos embarcados en uno de los mayores proyectos de nuestra vida: Camino a Singapur, que pretendemos comenzar este mismo verano. En octubre de 2020, puesto que nos hallábamos ambos sin trabajo ni obligaciones estudiantiles, decidimos comenzar una aventura de una semana que nos llevaría hasta la mítica ciudad de Chamonix – Mont-Blanc, en la falda de la montaña más alta de Europa Occidental, y así pues, poner a prueba nuestra furgo en un viaje de 3.000 km. 

El resultado fue un viaje inigualable, a través de míticos parajes alpinos, además de poder visitar la ciudad estado de Mónaco, que tenía pendiente desde hace demasiado tiempo. Era, de hecho, el país más cercano que no había visitado. Ahora, si no me equivoco, este es Argelia, del que estuve a menos de 100 metros hace ya un año, cuando visitamos el mirador de SaïdiaOs dejo aquí con un breve resumen de lo que fue nuestra odisea otoñal por la Côte d’Azur y los Alpes. ¡Disfrutadlo!

VIAJAR A FRANCIA EN PLENA SEGUNDA OLA 

Viajar a Mónaco y Chamonix fue una decisión bastante meditada, después de haber considerado también Portugal como posible destino. La cosa es que, en octubre de 2020, los ciudadanos españoles teníamos muchas restricciones a la hora de viajar, por lo que los únicos países elegibles y que pudiéramos alcanzar por carretera eran Francia, Mónaco y Portugal. Nunca habíamos visto los Alpes de cerca y la verdad es que parecía una opción más que sugerente, así que nos decantamos por Mónaco-Chamonix. 

La cuestión es que Francia aplicaba diferentes medidas según los departamentos, que son como las provincias españolas. Había algunos departamentos que aplicaban toques de queda desde las 20h de la tarde de modo que planificamos la ruta con la finalidad de evitarlos. Así en general solamente tuvimos que evitar la zona metropolitana de Montpellier.

NUESTRA FURGONETA

Como ya he dicho en otros artículos, hace medio año adquirimos una furgoneta Volkswagen Transporter 4, conocida como ”t4” (de lo mejor de los años 90′), para continuar por carretera con nuestras ambiciones viajeras, algo que he echado mucho en falta en gran cantidad de viajes. Sacarse el carnet es un tortazo a nivel económico, pero si te provees de un vehículo barato (3.500 euros) que además sirve de casa, ¡No necesitas nada más! Podéis ver más sobre nuestra furgo en este artículo.

Nuestra furgoneta en el Col du Galibier

DÓNDE PERNOCTAR CON LA FURGONETA

Llevar la casa contigo no significa que cualquier lugar sea elegible para pernoctar. A ver, en caso de no poder encontrar sitio cualquiera es bueno para dormir, pero existen lugares mejores y peores. Nuestro libro sagrado es la aplicación Park4night, que te ofrece un gran abanico de sitios en los que pernoctar con tu furgo: espacios naturales, párquings, zonas de pícnic… La verdad es que es una pasada la de sitios chulos en los que hemos dormido gracias a esta app, que cuenta con un gran número de usuarios, que dejan comentarios y valoraciones de los sitios. En Europa Occidental es una app muy desarrollada.

REPOSTAR EN FRANCIA

Francia es un país plagado de gasolineras, las llamadas station-service. En general, el precio de la gasolina es un 15%-20% más caro que en España, por lo que llenamos el tanque antes de cruzar la frontera. Un litro de diesel en España nos cuesta alrededor de 1 €, mientras que en Francia ronda entre 1’25 y 1’40 € el litro. Cuando veíamos una de las baratas, generalmente las del Carrefour, ahí que parábamos. Veréis muchas gasolineras Total, AVIA o bien BP. 

BARCELONA – CHAMONIX / MONT-BLANC 🇫🇷

MAPA DE NUESTRA RUTA

Mapa de la ruta entre Barcelona y Chamonix

DÍA 1: BARCELONA –> BESSAN (L’Hérault)

Decidimos emprender el viaje una vez caída la noche, ya que Isabel trabajaba. Abogamos por pernoctar dos horas más tarde de haber cruzado la frontera francesa. El principio del viaje decidimos hacerlo por la AP-7, de pago, hasta Francia, ya que las carreteras convencionales de la provincia de Girona nos son bastante familiares. De este tramo del viaje no hay mucho que destacar, ya que fue de noche y por vía rápida. La frontera francesa la cruzamos sin ningún tipo de control.

Hacia las 2-3 de la madrugada llegamos al municipio de Bessan, donde pernoctamos en un aparcamiento muy tranquilo, con césped y una mesa de pícnic cerca. Bessan se encuentra en la región de Occitanie, lugar en el que se habla el occitano, generalmente por personas mayores en zonas rurales. Es una lengua que está claramente en peligro de extinción. Occitania es una de las regiones francesas con identidades culturales diferenciales, como también lo son Bretaña o bien Córsega. 

Párquing en una area de servicio de Francia

Parando en una área de servicio a la hora de haber cruzado la frontera

DÍA 2: BESSAN (L’Hérault) –> PRINCIPADO DE MÓNACO 🇲🇨

Nos levantamos temprano en Bessan, a sabiendas de que nos esperaban 7 apasionantes horas de viaje a través de carreteras convencionales francesas, serpenteando por el escarpado sur de Francia. Un rato después de salir de Bessan, pasamos por la ciudad de Montpellier, una de las urbes más grandes de Francia después de París, Marsella, Lyon y Toulouse.  

Unos kilómetros después de haber abandonado Montpellier pasamos por un paisaje más que curioso, junto a l’Étang de l’Or, en el que pudimos avistar flamencos rosados, algo que no hubiera imaginado que vería en Francia. Conducimos todo el día por carreteras convencionales que, en general, estaban en bastante buen estado, aunque no mucho mejores que en España.

Parando para comer

Parada para comer. Había que aislar el fogón del viento

Entre Montpellier y Marsella

Entre Montpellier y Marsella

A última hora de la tarde, con una puesta de sol en camino, llegamos a Niza, ciudad en la que optamos no pararnos, ya que estábamos cansados y con ganas de encontrar un lugar en el que pernoctar a tiro de piedra de Mónaco. Media hora después llegamos a Mónaco. Dimos un pequeño paseo de una hora y luego subimos con la furgo a uno de los montes colindantes para pasar la noche, otra vez en Francia. 

El lugar que escogimos era inmejorable, con vistas al Stade Louis II y a la misma ciudad de Niza, que dibuja una costa relativamente circular, en lo que consiste el Paseo de los Ingleses. La noche fue relativamente tranquila, salvo por algún que otro adolescente que hacía el botellón por ahí. La sorpresa fue de buena mañana, cuando un bajito y robusto Gendarme nos despertó picando en la furgo, alegando que estaba prohibido pernoctar en la zona.

Pueblecito a los alrededores de Mónaco

Pueblecito muy cuqui, a dos horas de Mónaco

Escaparate con coches de lujo en Mónaco

Escaparate con cochazos de lujo en Mónaco

Niza vista por la noche

La ciudad de Niza vista desde lo alto de la colina

DÍA 3: PRINCIPADO DE MÓNACO 🇲🇨 –> SAVINES-LE-LAC (Hauts Alpes)

Ya despertados por la gendarmería local a golpes de puerta, nos aseamos en otro párquing colindante y nos dispusimos a visitar Mónaco otra vez, esta vez de forma diurna. Una de las mayores inquietudes que se me presentaban era la de dónde íbamos a aparcar una furgoneta de 4 metros y medio de longitud en el país más densamente poblado del mundo. La solución era fácil a la par que cara: párquings subterráneos. En Mónaco hay un gran número de párquings subterráneos, que se identifican generalmente por el nombre del distrito en el que se encuentran. Nosotros aparcamos en Larvotto, costándonos 4’50 euros las dos horas que la dejamos. Para ser Mónaco, podría haber sido mucho peor. 

Cálles de Mónaco

Calles de Mónaco

Párking de Mónaco

Lo que uno se encuentra en un párking de Mónaco…

Hacia el mediodía, después de haber paseado por las calles del mayor amasijo de riqueza de Europa, emprendimos el rumbo hacia tierras alpinas, las cuales no yacen a mucha distancia de la costa. Después de rodear Niza, comenzamos oficialmente con el paisaje de montaña. Era un paisaje otoñal, con unas tonalidades anaranjadas que en pocos otros lugares he podido contemplar. Nos paramos en un descampado para prepararnos la comida con el campingás, junto a una vía por la que circulaban, intermitentemente, algunos trenes de cercanías.

Lugar en el que paramos a comer

El descampado en el que comimos

Montañas teñidas de otoño en Francia

Montes teñidos de otoño 

Más de lo mismo

Más de lo mismo

Entrada la tarde ya nos encontrábamos en el Parc National du Mercantour, en el que el relieve ya es algo más pronunciado. Antes de llegar al Col d’Allos, pasamos cerca de un lugar que guarda un terrible recuerdo para las ciudades de Barcelona y Düsseldorf, ya que es el lugar del accidente del vuelo 9525 de Germanwings, que colisionó, en 2015, en la ladera de una montaña a causa de la deriva suicida del copiloto. Unos minutos después enfilamos una de las partes más difíciles y vertiginosas del trayecto: el Col d’Allos.

Detrás de esa montaña se estrelló el Germanwings

Montaña tras la que se estrelló el vuelo de Germanwings

Como su nombre indica, el Col d’Allos es un puerto de montaña, que encuentra su tope en los 2.250 metros de altitud, de modo que para subirlo hay que serpentear una carretera ascendente durante un rato. La parte más complicada, sin embargo, fue el descenso, ya que era una carretera con unos tremendos precipicios en el lado derecho, sin barrera alguna, salvo una hilera de ladrillos que seguía el dibujo de la misma carretera. Esta ha sido, sin lugar a dudas, la carretera que más respeto me ha dado en los insignificantes tres meses que llevo conduciendo.

Subiendo el Col d'Allos

Subida hacia el Col d’Allos

Arriba del Col d'Allos

Bonito sitio para retirarse

Encima del Col d'Allos

La furgo arriba del Col d’Allos

Después de cruzar el puerto, llegamos sanos y salvos a la ciudad de Barcelonette, en la que ya se palpaba el clima alpino, de ese que necesitas más de una sudadera para poderlo afrontar. En Barcelonette, un pueblo relativamente grande para lo que hay en la zona, compramos algún que otro vívere, algo de queso francés y chocolate con los que paliar los estragos del frío.

Ya caída la noche llegamos al municipio de Savines-le-Lac, junto al precioso Lago de Serre-Ponçon, en el que pernoctaríamos, en un campo con unas vistas inigualables.

SABÍAS QUE… Los Alpes son la cordillera más alta de Europa Occidental, ocupando parte de Francia, Suiza, Italia, Austria, Eslovenia y Alemania. Sólo en el Cáucaso encontrarás montañas de mayor altura, en el Viejo Continente. 

DÍA 4: SAVINES-LES-ALPES (Hauts-Alpes) –> VALLE DE L’ISÈRE (Isère)

Nos despertamos con un sol radiante y teníamos por delante un día intenso. Yo comencé a desarrollar síntomas de vete a saber tú que patología respiratoria, que acabó por no ser el COVID-19. Yo claro, en ese momento estaba un poco cagado, pero los síntomas tampoco eran muy relacionados con el coronavirus. Eso sí, las dos noches posteriores fueron horribles. 

Lago en Savines-le-lac

Vistas sobre el Lac de Serre-Ponçon

Esa mañana emprendimos el rumbo hacia el Parc National des Écrins. Después de unos km, llegamos a la ciudad de Briançon, que tiene un bonito casco antiguo, elevado en una especie de fortaleza. 

Saliendo de Briançon

Saliendo de Briançon

A las dos horas de trayecto, a mano izquierda, nos aguardaba una de las más preciosas estampas del viaje: la Meije (3.984 m), una montaña más alta que cualquiera de las que puedas encontrar en España. Nos detuvimos en un pequeño apartadero para contemplarla. En ese lugar me encontré con una placa conmemorativa de la lucha partisana (en Francia conocidos como maquis) que había tenido lugar en los años 40, bajo la ocupación alemana de Francia. Los Alpes eran un buen lugar para refugiarse de los nazis y planear acciones contra ellos. Más adelante encontré más memoriales.

SABÍAS QUE… Entre 1940 y 1944, la Alemania Nazi ocupó Francia, dividiéndola entre la Francia ocupada y la Francia de Vichy, un estado satélite de los alemanes.  

La Meijie, Alpes Franceses

Nuestra furgo contemplando el pedazo de montaña que es la Meije

La Meije, Alpes Franceses

La Meije

Cartel rememorando a los partisanos

Cartel conmemorativo en memoria del maqui Joseph Seinturier

Pasada ya la Meije llegamos al Col du Lautaret, para posteriormente ascender al Col du Galibier, que se encontraba cerrado. De este modo, al no poder coger la carretera que iba hacia Saint-Michel-de-Maurienne, tuvimos que hacer un pedazo de rodeo, yendo hacia le Bourg-d’Oisans en dirección Grenoble, la mayor ciudad francesa cercana a los Alpes.

Subida hacia el Col du Galibier

Subiendo al Col du Lautaret

Col du Lautaret

Aparcados en la entrada del Col du Galibier, cerrado

Pequeña iglesia en el Col du Lautaret

Bandera francesa en una pequeña ermita del Col du Lautaret

De ahí hasta Grenoble todo fue bajada, puesto que el Col du Lautaret se encuentra a poco más de 2.000 metros de altura. Por el camino pasamos por al lado del famoso Alpe d’Huez, una de las subidas más icónicas del Tour de Francia. No subimos a Huez con la furgo porque tampoco queríamos forzarla demasiado, ya que no íbamos a pasar la noche allí. Decidimos no parar en Grenoble, ya que se estaba haciendo tarde y las ciudades no son buenos lugares para pernoctar en furgoneta. Además, me estaba encontrando muy mal y precisaba de tranquilidad. Esa misma noche pernoctamos una hora al norte de Grenoble, en un lugar del valle del río Isère, de camino a Albertville.

DÍA 5:  VALLE DEL ISÈRE (Isère) –> CHAMONIX-MONT BLANC (Haute-Savoie)

Desperté después de dormir más de 12 horas, ya que me había quedado medio grogui de las pastillas que Isa me había comprado para sobrevivir a ese pedazo de resfriado. El Valle del Isère es un lugar realmente tranquilo, en el que se respira un aire muy fresco. De camino ya hacia Chamonix, pasamos por un aeródromo y vimos despegar una avioneta. Ese era de los pocos aeródromos llanos que hay en la zona, ya que la mayoría de pistas en los Alpes suelen ser acorde con la orografía de la montaña, como la del Aeródromo de Courchevel. 

Aeródromo en el valle de l'Isère

Aeródromo en el valle del río Isère

Para llegar a Chamonix aún teníamos que cruzar algunas carreteras más de montaña. En este caso, después de desviarnos en Ugine, nos topamos con una carretera preciosa, ya que prácticamente toda la flora que nos rodeaba estaba vestida de otoño, de un otoño anaranjado que se equiparaba al que os he mencionado antes. Cada vez quedaba menos para llegar a nuestro ansiado destino y ya nos encontrábamos en la región de Savoya. 

SABÍAS QUE…. Los departamentos de Saboya (Savoie) y de Alta Saboya (Haute-Savoie), constituyen lo que anteriormente era el Ducado de Savoya, que se situaba entre la actual Francia e Italia. 

Al rato comenzamos a circular por una autopista que nos acercaba cada vez más a los puntos más altos de Francia. Pasado Les Houches, contemplamos la entrada del famoso Túnel del Mont-Blanc, un túnel que cruza por debajo de la icónica montaña y que además es una frontera internacional entre Francia e Italia. El peaje del túnel es de 46€ ida. Llegamos a Chamonix a las 12 del mediodía. La primera parada que hicimos fue en un Carrefour para repostar y comprar la fondue savoyarde que nos íbamos a zampar por la noche.

SABÍAS QUE… El 24 de marzo de 1999, en el Túnel del Mont-Blanc, un camión se incendió y provocó un incendio que duró más de dos días, matando a 39 personas. Se reabrió más de dos años después. 

La N-205 de camino a Chamonix

Conduciendo los últimos km hacia Chamonix, ya con vistas de la cordillera que preside el Mont-Blanc

Llegados a Chamonix

¡Ya aparcados en Chamonix!

Chamonix-Mont Blanc

Yo constipado y vestido para la pandemia, posando en el centro de Chamonix

Mascarilla obligatoria en Chamonix-Mont Blanc

En octubre de 2020 la mascarilla aún no era obligatoria en todos los lugares de Francia. En Chamonix, lo era solamente en el centro, además de en cualquier establecimiento. 

Chocolate en Chamonix

Chocolate de Saboya, uno de los souvenirs más explotados, a parte de la cerveza del Mont-Blanc y los cucuts. La bandera que véis en la chocolatina es la de Saboya.

Estación de tren de Chamonix-Mont Blanc

Estación de la SNCF en Chamonix – Mont-Blanc

Tren cremallera de la Mer de Glace

Estación del tren cremallera de la Mer de Glace

Chamonix no es una ciudad muy grande, pero es un lugar con muchas infraestructuras, ya que constituye la ”meca” del alpinismo europeo. Es un lugar con muchas cosas que hacer. La primera de todas es, sin lugar a dudas, el teleférico de l’Aiguille du Midi, al que no subimos porque básicamente tengo vértigo y no me gusta autoflagelarme. Insistí a Isa para que subiera sola pero no quiso. Desgraciadamente, no pudimos contemplar el Mont-Blanc debido a la fuerte niebla que había. En Chamonix hay otros teleféricos, como el de Le Brévent o la Flégère. Además, también hay un tren cremallera, el de la Mer de Glace. Aquí tienes el mapa de Chamonix – Mont-Blanc.

SABÍAS QUE… El Mont-Blanc es la montaña con mayor número de muertes en el mundo, más que las mismas Everest o K2. Esto se debe a la falsa creencia de que es una montaña fácil de ascender, provocando grandes aglomeraciones y algunas tragedias derivadas de ellas. 

En general, sí que es verdad que existen montañas mucho más difíciles, pero el Mont-Blanc requiere técnicas como el uso de crampones, a las que muchos de los turistas no están acostumbrados. 

Aiguille du Midi

L’Aiguille du Midi y el teleférico que sube hacia ella, a 3.842 metros de altura. Chamonix se encuentra a unos 1.000

Tren cremallera en Chamonix

Y bueno, chicos, hasta aquí llega el artículo de hoy. Sin lugar a dudas, este viaje estuvo muy influenciado por la pandemia del COVID-19, ya que tuvimos que estar pendientes de no meternos en toques de queda, además de una cosa que me fastidió mucho, el no poder entrar en Suiza, ya que en octubre pedían cuarentena a todos los viajeros. Pasamos muy cerca de Ginebra y no la pudimos ver. 

En 2020 tuve la ciudad de Ginebra al alcance dos veces y en ninguna de ellas pude visitarla. La primera vez porque no pudimos coger el autobús Zagreb-Ginebra, ya que en marzo (entrada en vigor del estado de alarma en España) no nos dejaron entrar en Croacia, y la segunda, por lo que os he dicho. 

Estoy seguro de que en este blog habrá algún día un artículo de Ginebra, que no es que sea algo del otro mundo, pero constituye una obsesión personal desde hace mucho.

Si te gustan los viajes por carretera, chequea este artículo que escribí sobre viajar en coche por Marruecos 🇲🇦

Un abrazo y, como siempre, muchas gracias por leerme ;).

¡Nos vemos en el próximo artículo!